Una maravillosa mujer llega a mi vida.
Su nombre real no lo diré. Para este blog la llamaré Cristina.
A Cristina la conocí en la escuela. Ella es dos años menor que yo, y yo estaba por terminar la preparatoria cuando ella apenas empezaba. Yo siempre he sido una persona introvertida, tímido a más no poder. Siempre me ha costado trabajo entablar comunicación con los demás, me bloqueo. He sido el tipo que está en silencio e incómodo en reuniones y fiestas con amigos o familiares. Siempre serio, pensativo, dedicado al estudio o al trabajo. Desde que llegó al colegio tuvo la atención de todos los varones de la escuela y la envidia de todas las mujeres, era una niña muy atractiva, de piel muy blanca, ojos miel, cabello largo, ondulado y castaño, teñido de rubia y con labios gruesos y carnosos. Pero lo que más llamaba la atención de ella era su cuerpo, ya que siendo delgada resaltaba más sus amplias caderas que culminaban con unas piernas muy bien torneadas y con un maravilloso trasero. Todo esto, conjuntado con una actitud o manera de ser muy sensual.
Tuvo muchos novios, siempre fue muy noviera... y uno de ellos fue un amigo mío, no de mis mejores amigos, pero sí conocido de fiestas y parrandas. Y en muchas ocasiones escuché de él historias de como tenían sexo, como por ejemplo, cuando ella fue a visitarlo a su casa, ya que él se había lesionado en un partido de futbol y no fue a la escuela durante toda una semana. Nos contó que ella llegó y que él estaba en cama con una pierna enyesada y ella le hizo sexo oral ahí, sin importarle que toda la familia estuviera en la casa y que podrían sorprenderlos.
En otra ocasión nos juntamos a estudiar todos en la casa de un amigo. En este grupo estaba su novio. Ella llegó y después de saludar a todos y platicar un rato, se encerró en una recámara con su novio y pasaron ahí por lo menos una hora. Nadie necesitaba verlos para saber lo que estaban haciendo.
Todas esas historias, incluyendo los chismes (algunos confirmados posteriormente por ella, otros no) de que había estado con otros hombres tuvieron un gran efecto en mí, porque si bien ella me gustaba, con todas esas cosas que me contaban yo sentía una fuerte atracción hacia ella y muchas, pero muchas veces me masturbé pensando en ella. Era lo que más deseaba en la vida, pero pensaba que era un sueño inalcanzable porque estaba muy fuera de mi liga.
Tiempo después, ya estando yo en la universidad tuve la oportunidad de tratarla más, porque ella era muy amiga de un amigo mío... yo era el que cuidaba a todos cuando salíamos de parranda, les manejaba, les ayudaba a revisar las cuentas de los bares, para que no nos robaran, les reservaba asientos mientras ellos llegaban y ese tipo de cosas, hasta que un día me atreví (sí, me atreví... porque, como dije, era muy tímido) a invitarla a salir... y ella aceptó! Fuimos juntos a una fiesta de graduación de otra generación y la noche terminó con el beso más dulce que me han dado en la vida. Fue maravilloso.
A partir de ese día nos hicimos inseparables, pasábamos mucho tiempo juntos y sin decirlo abiertamente nos hicimos novios. A mis 24 años terminé la universidad, al poco tiempo conseguí un buen trabajo, y un año después nos casamos totalmente enamorados. Y yo... el más feliz del universo! Había conseguido lo que tanto había deseado y mi único objetivo a partir de entonces sería hacerla feliz cada día de su existencia.
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